José Prado fue mucho más que un empresario. Fue una
de esas figuras imprescindibles que hemos tenido la suerte de tener en Agrela, y que con su esfuerzo, su visión de futuro y su compromiso con la creación de valor, ayudaron a hacer sólido el tejido empresarial que hoy nos define. Un hombre que, a pesar de haber traspasado el testigo a su hija, seguía a
pie de cañón, siempre presente, siempre al lado de María José, guiándola, aconsejándola, y viendo con orgullo cómo su legado continuaba creciendo de su mano.
Encontró en A Coruña su lugar en el mundo y en Agrela su espacio de trabajo, desarrollo y vida. A lo largo de los años supo construir no solo una empresa ejemplar, sino también relaciones humanas basadas en la cercanía, el respeto y la colaboración. Su carácter afable y su pasión por lo que hacía le convirtieron en un referente dentro y fuera del polígono.
Queremos dedicar unas palabras muy sentidas a su hija, María
José, actual empresaria y continuadora de ese legado. Para ella, José no fue solo un padre: fue su pilar, su mejor amigo, su guía y su mayor
referente. Siempre juntos, tanto en lo personal como en lo profesional, compartiendo un camino de crecimiento, valores y compromiso que hoy continúa más vivo que nunca en sus manos.
A esta dolorosa pérdida se suma la reciente despedida también de su madre y esposa de José, un hecho que nos conmueve profundamente. Desde la Asociación queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame y
todo nuestro cariño a María José, como única hija, así como al resto de su familia, a sus seres queridos y al equipo humano de su empresa, que hoy también siente esta pérdida como propia.
Agrela pierde a otro de sus grandes, pero su huella permanecerá para siempre entre nosotros.
Descansa en paz, José.
Compartimos aquí
el enlace a la noticia publicada en La Voz de Galicia, donde le
dedican unas bonitas palabras en su honor: José
Prado, un emprendedor que encontró su lugar en A Coruña